¡Amanecer como Científico de la Misión!
Esta foto del último vuelo en que participé del C-130, la tomé desde mi asiento en la cabina de la nave. Estábamos apenas regresando después de alcanzar la longitud 85 Oeste, y ya volábamos en dirección a Arica. Los vuelos nocturnos salen alrededor de las 3:00 am, y después de tantas horas de obscuridad, estos amaneceres levantan espectacularmente el ánimo y energía a todos. El momento más emocionante del vuelo es inmediatamente después del amanecer, cuando el avión desciende de nuevo a las nubes para realizar más mediciones. Es muy difícil de capturar en una foto. Me da la sensación de estar inmerso en una nube, como estar envuelto en un manto.
¡Otra cosa realmente maravillosa de este vuelo es que fui oficialmente el científico de la misión! Un par de tarjetas atrás describí lo que sería tratar de jugar el papel del científico de la misión, siendo la persona a cargo de la comunicación entre los científicos y los pilotos, pero en aquel caso el verdadero científico de la misión estaba a bordo de la nave. ¡Esta vez fui yo por las 9 horas! Por supuesto, muchos otros cientícos experimentados estaban a bordo, así, si algún problema ocurría, no estaba sólo. En realidad si tuvimos un problema, -- ¡en la primera media hora del vuelo, los sistemas de cómputo se desconectaron y no se registraban la mayoría de los datos! ¡No podía ver nada en mi computadora, ni dónde estábamos, ni los vientos, o cuán alto y densas estaban las nubes! Todos en el vuelo trabajaron juntos, pasandose unos a otros la información a la que tenían acceso, ¡y así se mantuvo el vuelo! Fue un ejemplo maravilloso de trabajo de equipo y dedicación a la ciencia. Afortunadamente, en menos de una hora un técnico a bordo del vuelo solucionó el problema y todo fue más fácil.
¡¡Qué gran experiencia!!
Rhea
Tarjetas postales de campo: Ciencia del clima del Pacífico suroriental
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